miércoles, 14 de diciembre de 2011

La tragedia de Montiel… parece una peli, pero es historia

Acostumbrados como estamos a que el cine anglosajón nos venda sin parar hasta el más nimio acontecimiento de la historia de Inglaterra o Estados Unidos, a ninguno nos extraña conocer perfectamente quién fue William Wallace (Braveheart), Abraham Lincoln, el Rey Arturo o Robin Hood (que seguramente ni existieron).

Y sin embargo, la historia de España y Catalunya están plagadas de personajes apasionantes, que protagonizaron sucesos extraordinarios o se vieron envueltos en vicisitudes merecedoras de que el Spielberg de turno les dedicara una película por lo menos.

IMGP1100Como muestra un botón. Relataré brevemente la historia de Pedro I el Cruel, rey de Castilla, personaje controvertido donde los haya, y de su violento final, digno de la mejor película de espadachines que se precie.

Castilla, 1350. El rey Alfonso XI acaba de perecer víctima de la peste que ha asolado el campamento de su ejército, con el cual estaba asediando la plaza de Tarifa. Le sucede su hijo Pedro I, muchacho de dieciséis años de carácter violento y exaltado. Lo primero que hará al acceder al trono es liquidar a la amante oficial de su padre, Doña Leonor de Guzmán. Mal comienzo, pues la dama ha tenido con el rey un montón de hijos bastardos, que se convierten en enemigos del nuevo monarca.

Pasan los años y el temperamento irascible de Pedro le granjea multitud de enemigos en todo el reino. La nobleza, siempre dispuesta a disminuir el poder de la corona, encuentra en Enrique de Trastámara, el mayor de los bastardos de Alfonso XI, a su líder natural.

Se desencadena una lucha a muerte por el trono. En Europa está en pleno apogeo la Guerra de los Cien Años, y cada uno de los bandos en litigio encuentra apoyo internacional para su causa. Pedro se alía con los ingleses, al mando del Príncipe Negro, heredero del trono de Eduardo III de Inglaterra (el malo de Braveheart), mientras que Enrique consigue el apoyo de los franceses.

La resolución del drama se produce en los campos de Montiel, donde los dos ejércitos se encuentran frente a frente. Beltrán Du Guesclin, el jefe de las tropas francesas, consigue engañar a Pedro y atraerle a su tienda, con el pretexto de negociar una tregua. Es el 14 de Marzo de 1369. Dejemos hablar al padre Mariana, que nos relata en su Historia General de España el desarrollo de la escena:

Entrado pues Don Pedro en la tienda de Don Beltrán, díjole que ya era tiempo que se fuesen. En esto entró D. Enrique armado: como vio á D. Pedro su hermano, estuvo un poco sin hablar como espantado: La grandeza del hecho le tenía alterado y suspenso, ó no le conocía por los muchos años que no se vieran. No es menos sino que los que se hallaron presentes estaban entre miedo y esperanza vacilando. Un caballero francés dijo a Don Enrique señalando con la mano a D. Pedro: Mirad que ese es vuestro enemigo. D. Pedro, con aquella natural ferocidad que tenia, respondió dos veces: Yo soy, yo soy. Entonces D. Enrique sacó su daga, y dióle una herida con ella en el rostro: vinieron luego a los brazos, cayeron ambos en el suelo: dicen que D. Enrique debajo , y que con ayuda de Beltrán que les dio vuelta y le puso encima, le pudo herir de muchas puñaladas con que le acabó de matar: cosa que pone grima: un Rey, hijo y nieto de Reyes revolcado en su sangre derramada por la mano de un su hermano bastardo: ¡extraña hazaña!

Espectacular escena donde un trono se decide a puñalada limpia. Añadir que según otras fuentes, el caballero Du Guesclin, al colocar a su señor Don Enrique encima de su hermano para que pudiese rematarlo más fácilmente, advirtió en la mirada de su enemigo el reproche ante la traición cometida. Fue entonces cuando pronunció la célebre frase:

Ni quito ni pongo rey, sólo ayudo a mi señor

Enrique decapitó a su hermano asesinado y arrojó la cabeza al campo. El cuerpo lo expuso ante los ojos del ejército enemigo para desmoralizarlo. Y sí, él fue el siguiente rey de Castilla, con el nombre de Enrique II el de las Mercedes, porque tuvo que premiar generosamente a todos aquellos que le ayudaron a usurpar el trono. De él desciende el actual rey de España.

ENRIQUE II

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